domingo, 24 de octubre de 2010

Los zapatos de la abuela

Entre las numerosas piezas de ropa, mantelería, menaje y otros enseres del hogar que figuran en el testamento de la terorense Catalina Pérez de Villanueva, redactado por el escribano Juan de Quintana, el 21 de octubre de 1608, traemos a colación la presencia de unos chapines.


Mujeres con chapines. Dibujo de Christoph Weiditz (s. XVI). Propiedad: Biblioteca Nacional de España.

El chapín fue un tipo de calzado, con suela de corcho y de altura variable, empleado por las mujeres de los siglos XV al XVII. Su uso respondía tanto a la necesidad de resguardar la ropa del barro y suciedad del camino, como a cuestiones de tipo estético, pues el empleo de chapines elevaba la altura de las féminas y realzaba su figura. Sebastián de Covarrubias, en su Tesoro de la lengua española (1611), señala su uso de forma exclusiva por las mujeres adultas y casadas, por lo que su empleo era indicativo de su estado civil: "en muchas partes no ponen chapines a una mujer hasta el día que se casa, y todas las doncellas andan en zapatillas". En fin, los chapines fueron el calzado de moda por el que suspiraron muchas españolas del Siglo de Oro, entre las que también encontramos a algunas terorenses. Hasta tal punto fue así, que muchos escritores del siglo dorado los mencionan, y en ocasiones satirizan, tal como como podemos comprobar en este breve fragmento de la comedia El perro del hortelano (1618) de Lope de Vega:



No la imagines vestida
con tan linda proporción
de cintura, en el balcón
de unos chapines subida.
Toda es vana arquitectura;
porque dijo un sabio un día
que a los sastres se debía
la mitad de la hermosura.


Gustavo A. Trujillo Yánez

2 comentarios:

  1. Gracias por la imagen! No podía hacerme una idea de cómo eran los chapines, a menudo mencionados en relatos de esa época

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