jueves, 21 de noviembre de 2013

Teror, patrimonio oral y sonoro de Gran Canaria (III)

Décima al general Martínez-Campos

Viene de: Teror, patrimonio oral y sonoro de Gran Canaria (II)


Caricatura del general español Arsenio Martínez-Campos, en una lámina del siglo XIX.

El pasado 19 de junio de 2013, don Juan Francisco y doña Rosario Yánez Domínguez nos informaban sobre la denominada "Oración del peregrino" aprendida de labios de don Antonio Domínguez González "Padrino" (1889-1969) tío-abuelo de ambos.
En esta nueva ocasión, nuestro primer informante (Juan Francisco Yánez Domínguez) nos recita una décima, también aprendida desde su más tierna edad de manos del citado Antonio Domínguez, quien a su vez la memorizó durante alguno de sus frecuentes viajes a la isla de Cuba.


Retrato del general independentista cubano Antonio Maceo, protagonista junto con el militar español Martínez-Campos de la décima que reproducimos más abajo.

El contenido de la misma hace referencia a la llamada "Guerra de los diez años" o "Guerra Grande" que enfrentó a las tropas españolas contra las fuerzas independentistas cubanas durante los años 1868 a 1878. Como no podía ser de otra manera, los versos aluden al enfrentamiento habido entre el general español Arsenio Martínez-Campos Antón (1831-1900) con su homónimo Antonio de la Caridad Maceo y Grajales (1845-1896) destacado líder de la causa cubana. La versión que aquí traemos difiere un poco de la recogida en su momento por el historiador José Luciano Franco. Su contenido reza así:

Martínez Campos creía,
que Cuba iba a ser de España,
y andaba por la montaña,
con piezas de artillería.
Y Maceo le decía,
"abaja" tú para la Habana,
que yo con mi tropa cubana,
haré a Cuba independiente,
a fuerza de plomo caliente,
y pólvora americana[1].



Nuestro informante, don Juan Francisco Yánez Domínguez en una fotografía de 1963. De labios de su tío-abuelo Antonio Domínguez González "Padrino", aprendió la décima que aquí se reproduce.

Gustavo A. Trujillo Yánez.



[1] De boca de su bisabuela Nieves Travieso, José Luis Yánez Rodríguez también reproduce esta décima en su última publicación: Teror. De cuntino y de domingo (Anroart Ediciones, 2013, p. 63).





miércoles, 19 de junio de 2013

Teror, patrimonio oral y sonoro de Gran Canaria (II)

La oración del peregrino

Viene de: Teror, patrimonio oral y sonoro de Gran Canaria
http://terorhistorico.blogspot.com.es/2012/05/teror-patrimonio-oral-y-sonoro-de-gran.html

En esta nueva entrega de la sección "Teror. Patrimonio oral y sonoro de Gran Canaria" incluimos la conocida como "Oración del Peregrino", un romance transmitido por Antonio Domínguez González "Padrino" (1889-1969) a sus sobrinos-nietos, Juan Francisco y Rosario Yánez Domínguez, cuando aún éstos eran niños. Se trata de una versión parecida (aunque con variantes) a la recogida por Maximiano Trapero en su Romancero General de Lanzarote (2003:198). La entrevista fue realizada durante los meses de mayo de 2012 y abril de 2013.

Retrato de Antonio Domínguez González "Padrino" (1889-1969).

Jueves Santo a medio día
Jesucristo caminaba,
Con una cruz a sus hombros
De madera muy pesada.

San Cristóbal está en la puerta
Con su capita cubierta,
Rezando y suplicando a las monjas del bordón
Que le enseñen la oración,
La oración del peregrino
Cuando Jesucristo vino
Y se puso en el altar.

Por sus pies echaba sangre
Y sus manos desatadas,
¡Quita, quita Magdalena!
¡No me vengas a limpiar!
Que estas son las cinco llagas
Que tenemos que pasar,
Entre chiquitos y grandes
Y toda la cristiandad,
En el velo de la Cruz[1]
Padre Nuestro, Amén, Jesús.

Quien esta oración rezara[2]
Todos los viernes del año,
Sacará un alma de penas
Y la suya de pecado.
El que lo sabe no lo dice
El que lo oye no lo aprende[3],
Llegará el día del Juicio,
El que gana y el que pierde
La vara de su justicia
Le dará para que se acuerde.

Informantes:
D. Juan Francisco Yánez Domínguez
Dña. Rosario Yánez Domínguez

Gustavo  A. Trujillo Yánez



[1] D. Juan Francisco Yánez Domínguez dice «en el rostro de Jesús».
[2] Ídem, aquí dice «dijera».
[3] Ídem, aquí dice «Quien lo sabe no lo dice / Quien lo oye no lo aprende».

martes, 26 de febrero de 2013

Una nota curiosa en la biografía de don Juan González Hernández (1855-1927)



Contribución al centenario de la colocación de la primera piedra de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús (1913-2013)


Hace algún tiempo nos topamos con un curioso (y creemos que poco conocido) documento, relacionado con el promotor de la iglesia dedicada al Sagrado Corazón de Jesús, del barrio terorense de los Arbejales. Nos referimos a don Juan González Hernández, rector de la parroquia de Teror durante los años 1908 a 1927. Se trata de una petición, fechada el 31 de mayo de 1876, en la que el religioso solicita al alcalde de Las Palmas, el cráneo de su madre, María de los Reyes Hernández Martín, fallecida cuando éste aún era un niño. En el mentado documento (que transcribimos a continuación) el joven don Juan González, argumenta motivos piadosos, para conservar en su poder los restos de su madre, toda vez que habían sido extraídos del nicho donde recibían sepultura.

 Retrato de don Juan González Hernández, párroco de Teror durante el periodo 1908-1927.

Dicha petición fue aprobada en sesión ordinaria, el 19 de junio de 1876, en vista de la cual se acordó acceder a lo solicitado, dando la oportuna orden al administrador del cementerio. Desconocemos el destino de los restos mortales de la progenitora del párroco. La expresión «conservar en mi poder» que usa el peticionario, nos podría llevar a pensar (creo que erróneamente) que los guardó en su propio domicilio. No obstante, lo más probable es que fuesen a reposar en el cementerio parroquial de Teror. Sea como fuere, el documento al que nos referimos completa y añade un dato más a la biografía, del que ha pasado a la historia de Canarias, como el inspirador de un templo (el primero dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, en el archipiélago) que en este presente año ya cumple el primer centenario de la colocación de su primera piedra.

Gustavo A. Trujillo Yánez

TRANSCRIPCIÓN DEL DOCUMENTO:

«Sr. Alcalde de Las Palmas:

Don Juan González Hernández, subdiácono, natural y vecino de esta ciudad, a Usted espone; que deseando, por un motivo piadoso, conservar en mi poder el cráneo de mi madre (que en paz descanse). Y habiénsose dicho cráneo estraído del nicho y bajo la custodia del capellán del cementerio.

Suplica a Usted, se digne dar la orden oportuna a dicho capellán, a fin de obtener lo que dejo solicitado. Gracia que no dudo alcanzar de la conocida rectitud de Usted.

Las Palmas, treinta y uno de mayo, de mil ochocientos setenta y seis».